
Lo cierto es que una vez se pasa de la primera fase, la decepción es mayúscula: enemigos y escenarios repetitivos, una curva de dificultad nada coherente, un sistema de combate y un control bastante tosco...el juego es una pesadilla haciendo honor a su titulo. Podemos elegir a dos personajes; un tal Ignatius con lo que viene a ser una especia de alabarda y una mujer armada con una daga. Además de la barra de vida tenemos un medidor que se va consumiendo a medida que pasamos tiempo sin derrotar a ningún enemigo, una vez que se agota, la vida empieza a bajar para llegar a cero en cuestión de segundos; este detalle no me gusto nada. En mi opinión le resta importancia a la exploración del escenario y nos obliga a correr desesperadamente en busca de enemigos a los que enfrentarnos durante todo el juego. También disponemos de una cantidad decente de ítem a usar tanto a modo de armas como de apoyo. El detalle de la pistola no esta mal, pero algunos de los ítem son casi inútiles, como es el caso de las minas.

Mi nota personal: 3
No hay comentarios:
Publicar un comentario